Second life
No soy ningún profeta, ni un visionario, no tengo un sexto sentido y no comprendo a mi entorno más allá de lo que mis ojos pueden ver o mis oídos escuchar, pero estoy convencido que las cosas suceden por una razón concreta, se que existe una ley de causa – efecto que afecta a todo el universo. Todo efecto especifico se produce gracias a una causa determinada. Soy un hombre con tierra firme bajo sus pies que cree en la igualdad de oportunidades y que dicho derecho no se encuentra a la vuelta de la esquina y muchas veces se debe luchar fuertemente para obtenerla. La cuestión es que no se consigue ese derecho buscando escapes emocionales o mentales, es decir, haciendo cosas para evadir la realidad. La realidad se debe enfrentar, nunca ocultarla, nunca taparla, nunca tomar la dirección contraria simplemente para evitarla. La actitud de evadir la realidad es la madre de todas las adicciones y siempre causa un dolor mayor que enfrentarla. Dicha adicción es la causa de un efecto muy perjudicial, tanto físico como emocional como mental, perdida temporal o permanente de la noción de uno mismo como persona, esto significa no poder valorarse en su justa medida y no tener ningún tipo de control sobre nuestras decisiones. La realidad virtual cuando se convierte en una adicción causa indefectiblemente el efecto antes descrito. Todos tendríamos que apuntalar, luchar y hacer crecer nuestra primera y única vida y no sucumbir ante la oferta facilista de pagar y hacer crecer una segunda vida virtual.
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