lunes, 20 de octubre de 2008

Seguramente hay un Rumbo




Para mis hijos Laura, Barbara y Nacho


¡Tu no lo puedes hacer!, esta frase restrictiva, negativa y que inmoviliza nuestra evolución, nuestra mente nos la repite incesantemente a diario cuando tenemos que decidir o emprender alguna acción.
Cuando nacemos comenzamos a caminar un camino con un rumbo o dirección definido por nuestros padres, pero al poco tiempo empezamos a caminar solos hacia un destino que no conocemos. ¡Sí! en cada paso que damos vamos descubriendo que el final del camino no se ve, que no esta determinado y que tiene múltiples trayectos y atajos. En definitiva, entendemos que debemos saber con total honestidad ¿Quién soy? y descubrir, sin miedo a equivocarnos, ¿Adónde voy? y ¿Con quién?.
Nadie nos puede garantizar si nuestro camino será corto o largo, recto o sinuoso, con muchas combinaciones con otros caminos o sin ninguna combinación, por eso, lo importante es definir nosotros en cada momento el rumbo o dirección que seguiremos, leer Garabato, una vida.
Tenemos que aprender a elegir las alternativas que se nos presentan, cerrando nuestros oídos a los consejos u opiniones de aquellas personas que influyen negativamente sobre nosotros, leer Influencias Negativas.
¡Tu lo puedes hacer!, esta frase debe ser nuestro motor, para caminar y descubrir cual es nuestro destino final. La lectura de los libros de Jorge Bucay son de una gran ayuda para creer más en nosotros mismos y seguir con optimismo después de alguna equivocación o frustración.
¡TU LO PUEDES HACER!¡TU TIENES UN RUMBO!

1 comentario:

Nacho dijo...

hola papi
gracias a eso y el camino que decidimos seguir, hacen que valoremos la vida que llevamos. Esto no podría ser posible sin el apoyo de los que en verdad te valoran.
para resumir mi argumento te dejo una frase:

Pequeña Miss Sunshine:

— A veces desearía poder dormir hasta los dieciocho años, saltarme toda esta mierda, el instituto y todo lo demás. Saltármelo todo.

— ¿Sabes quien es Marcel Proust?

— ¿Es ese del que enseñas?

— Sí, un escritor francés. Un auténtico fracasado. Nunca tuvo un trabajo, sus amores fueron un desastre, gay... Estuvo veinte años escribiendo un libro que ya casi nadie lee, pero quizá sea el mejor escritor desde Shakespeare… En fin, él llego al final de su vida, echó la vista atrás y decidió que todos esos años en los que sufrió fueron los mejores de su vida, porque le moldearon. Los años de felicidad… perdidos, no aprendió nada.