Post-it para mi muerte

Se de tu existencia desde hace muchos años y tengo la certeza que en algún momento nos vamos a encontrar y que tendremos una larga conversación. Nacimos el mismo día y a la misma hora, pero nuestros caminos siguieron rumbos distintos, aunque muy cerca uno del otro, como dos caminos con trayectoria paralela que se juntan en un punto de encuentro, será ahí donde nuestros caminos terminarán y ambos dejaremos de existir. Tu camino esta lleno de vació, sin ningún tipo de color y con un sólo objetivo, ¡encontrarme!. No puedes culparme a mi por tu destino, porque no puedes hacer otra cosa que caminar hacia mi y porque nunca sabrás que se siente con sentimientos como el amor, la libertad, el éxito, el fracaso, la esperanza y la fe, en definitiva que se siente al vivir tu propia vida. Te pido que no me odies, ni me guardes rencor, yo no hice estas reglas a la cual estamos sometidos. Deseo que cuando nos encontremos me puedas mirar a la cara y yo a la tuya con calma y mucha paz. No sabemos el día y la hora de nuestra cita, pero sabemos que es inevitable, por eso me anticipo y te escribo esta nota de aviso o recordatorio, para que te vayas preparando para el encuentro con tiempo y para que tengas la certeza que se de tu existencia. Además deseo que sepas que te comprendo y que conozco lo duro que es tu camino, por eso hoy quiero que entiendas que no te odio y que no te tengo rencor ni miedo alguno. Te dejo este post-it en mi puerta, espero que en una de tus visitas lo leas y me comprendas. ¡Nos vemos!.

Un Regalo: Canción para mi muerte (Sui Generis - 1972)

Charly Garcia y Nito Mestre

Hubo un tiempo que fue hermoso
y fui libre de verdad,
guardaba todos mis sueños
en castillos de cristal.
Poco a poco fui creciendo,
y mis fábulas de amor
se fueron desvaneciendo
como pompas de jabón.

Te encontraré una mañana
dentro de mi habitación
y prepararás la cama
para dos.

Es larga la carretera
cuando uno mira atrás
vas cruzando las fronteras
sin darte cuenta quizás.
Tomate del pasamanos
porque antes de llegar
se aferraron mil ancianos
pero se fueron igual.

Te encontraré una mañana
dentro de mi habitación
y prepararás la cama
para dos.

Quisiera saber tu nombre
tu lugar, tu dirección
si te han puesto teléfono,
también tu numeración.
Te suplico que me avises
si me vienes a buscar,
no es porque te tenga miedo,
sólo me quiero arreglar.

Te encontraré una mañana
dentro de mi habitación
y prepararás la cama
para dos