Infinito - Capitulo 3 - Seres
Capitulo anterior Tierra.
Estaba contenta porque veía que mi obra se podía realizar. Amaba a Gabriel y Lucifer, eran espíritus plenos, llenos de amor y las notas musicales que ejecutaban llegaban a cada rincón del espacio infinito y por supuesto a la Tierra mi más preciada creación. Contemplaba a la Tierra y mis ojos se llenaban de belleza y color y su presencia se distinguía en el espacio, con una mezcla de oscuridad y luz que se diferenciaba de los demás. La música de Gabriel y Lucifer penetraba la Tierra y comenzaban a moldear mi mejor creación, aunque ellos todavía no supieran nada sobre mi intención. Ellos poseían el poder que mi espíritu les dio al momento de crearlos y podían realizar todo aquello que pensaran, excepto crear lo que no existía, ese poder lo tenía sólo yo. Siempre desee que permanecieran conmigo y que me ayudaran a mantener este nuevo espacio. Antes de la llegada de los seres que habitarían la Tierra, tenía que crear otras cosas, para que su existencia tuviera el sentido que mi amor por ellos pensó. Hasta ese momento todo era infinito, aunque ya existieran cosas finitas, con forma y donde se pudiera apreciar abajo, arriba, dentro, fuera y alrededor. Para que tuviera sentido mi creación tenía que existir el tiempo. Así lo comprendió mi espíritu. Fue creado y todo el espacio y todas las cosas fueron sometidas a su poder. Solamente yo estaba fuera de su influencia. El tiempo trajo consigo sensaciones que antes no existían como por ejemplo comienzo, ahora, cuando, repetir, nunca, antes, después, fin, distancia, velocidad, cerca, lejos, eternidad, llegar, tardar, crecer, día, noche, envejecer, nacer, morir. Estas sensaciones a partir de la existencia del tiempo y con la llegada de mi seres cobrarían una importancia muy grande en mi aventura, que no me había imaginado antes. También Gabriel y Lucifer sufrieron un cambio, es como que la llegada del tiempo les haya dado una percepción de sus espíritus hacia dentro muy profunda, revelándoles sentimientos nuevos y en estado de virginidad que ya poseían al momento de ser creados, pero que aún no conocían. La música que ejecutaban para moldear la energía para realizar mi obra, llevaba consigo esos sentimientos y por eso todo lo creado poseía una parte de ellos, aún antes de crear el tiempo. El tiempo sólo ayudo a que se conocieran cuales eran. Cuando contemplábamos la Tierra juntos con Gabriel y Lucifer yo notaba y sentía dentro de sus espíritus cierta ebullición, cierta exaltación y cierta necesidad de control para que yo no me diera cuenta. Creo que empezaban a intuir que toda esa belleza estaba destinada a alguien que todavía no se había creado y sentían curiosidad por saber que sería, pero no se atrevían a preguntar. Comprendí que Gabriel tenía sentimientos fuertes y estables, que los espacios de la oscuridad ayudaron a forjar. La oscuridad le enseño a concebir su alrededor sin juicios previos y a valorar cada obstáculo y la forma para sobrepasarlos. Sus mejores virtudes eran la humildad, la paciencia, la tolerancia y su amor por cada centímetro conocido y desconocido. Su mayor debilidad la inocencia. Lucifer tenía sentimientos fuertes, pero inestables, que los espacios de luz ayudaron a forjar. No le dio oportunidad a la luz para que le enseñe el verdadero significado de poder ver los obstáculos, esa fue su mayor debilidad y defecto. Emitía juicios sobre todo lo que podía ver, sin conocer certera mente lo que veía, esto lo llevaba a reiterados fracasos y lo verdaderamente lamentable era que no lograba reconocer la causa de sus fracasos y que no llegara nunca a aprender lo que los obstáculos le querían enseñar. Todos estos sentimientos fomentaron en él el orgullo, la soberbia, la ira y la mentira. Lucifer cuando estaba conmigo escondía todos esos malos sentimientos para ganarse mi confianza, por nada en especial, quería que le contara cual era el próximo paso de mi obra. Necesitaba el fervor de Lucifer y la voluntad de Gabriel para llevar a cabo mi próximo paso. La música tenía que ejecutarse con la mejor armonía y la mayor intensidad posible. La Tierra ya poseía luz y oscuridad, tierra firme y mar, bosques y montañas, frío y calor y animales chicos y grandes, creados con la música ejecutada hasta ese momento. Gabriel y Lucifer contemplaban asombrados toda esa creación y creo que cada uno a su modo y con intereses distintos comenzó a amar mi creación. Llego el momento, que sólo conocía yo, de poner en la Tierra a los seres que habitarían sus vastas extensiones y que aprenderían a amar día tras día. Los llamaría hombre y mujer, tendrían el don de amarse mutuamente y de crear vida utilizando su sexo, tendrían dicho don porque serían mortales, es decir, contarían con el siguiente ciclo: nacer, crecer, crear descendencia, envejecer y morir. A cambio tendrían libertad, para decidir su destino, para decidir sus sentimientos, para decidir que aprender y que no y para decidir en que lugar de la tierra terminar. Aparte de la libertad mi mejor regalo para ellos es y será la imaginación, que les permitirá soñar para acercarse a mi. El hombre y la mujer comenzaron a andar los caminos de la Tierra y a crear su propio hogar y a experimentar sus sentimientos de libertad, como así también los que en su música les dejaron Gabriel y Lucifer. Pero lo más importante que constate es que amaban su sitio y que empezaban a conocerlo con ganas de hacer de su lugar el mejor espacio para vivir.
Contemple mi creación y pude sentir el amor, entonces supe que estaba bien. Gabriel y Lucifer al fin conocieron mi intención y mi creación y se quedaron maravillados. Gabriel amo inmediatamente al hombre y la mujer y se puso manos a la obra para ayudarlos en todo lo que pudiera. Lucifer sintió celos y si bien el poseía la inmortalidad tuvo un extraño sentimiento de posesión y empezó a tejer una telaraña para dominar al hombre y la mujer y convertirse en su amo y señor. Lo que él no sabía es que su inmortalidad le jugaría en contra y que la libertad del hombre y la mujer lo llevaría a perder muchas batallas en la Tierra.
Contemple mi creación y pude sentir el amor, entonces supe que estaba bien. Gabriel y Lucifer al fin conocieron mi intención y mi creación y se quedaron maravillados. Gabriel amo inmediatamente al hombre y la mujer y se puso manos a la obra para ayudarlos en todo lo que pudiera. Lucifer sintió celos y si bien el poseía la inmortalidad tuvo un extraño sentimiento de posesión y empezó a tejer una telaraña para dominar al hombre y la mujer y convertirse en su amo y señor. Lo que él no sabía es que su inmortalidad le jugaría en contra y que la libertad del hombre y la mujer lo llevaría a perder muchas batallas en la Tierra.
Autor: Roberto Hevens
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