lunes, 18 de junio de 2007

Infinito - Capitulo 7 - Numay y Wum

Capitulo anterior Razón Humana.

Los Numay era un pueblo paciente, que construyo su destino con esfuerzo y voluntad inquebrantable. Les fue otorgado un don especial, la empatia direccional. Consistía en la capacidad o proceso de penetrar profundamente, a través de la imaginación, dentro de los sentimientos y motivos del otro e influir positiva mente o negativamente sobre sus razonamientos o pensamientos. Este don se heredaba, evolucionaba y crecía en efectividad con los años y les otorgaba a sus hombre y mujeres un poder inimaginable y difícil de controlar. Los Wum era un pueblo impulsivo que evolucionaba rápidamente y que lograba sus objetivos con conocimientos y tenacidad. El don que les fue otorgado era el del la ciencia tecnológica. Sus mentes poseían una imaginación productiva y creativa, que les permitía desarrollar rápidamente cosas nuevas y solucionar cualquier tipo de problema o acertijo con extremada exactitud y certeza. Por supuesto, dicho don se pasaba de padres a hijos, de generación a generación. Con los años lograron controlar dicho don y se convirtieron en un pueblo con ciudades que parecían a simple vista de otro mundo.
Los dones fueron aceptados, desarrollados y utilizados para bienestar y provecho de las sociedades que existían en los pueblos de Numay y Wum. Ellos se dieron cuenta desde el principio que de alguna forma unos necesitaban de los otros para lograr sus objetivos y así fue que acordaron ayuda mutua para que Nortfolk se convirtiera en el mejor lugar para vivir, con todo lo necesario para que sus ciudades y tierras fueran esplendorosas y admiradas por los demás pueblos. Los Wum pensaban que en algún momento dominarían a los Numay, después de que todo estuviera hecho y éstos sentían y entendían su debilidad y que oscuros secretos motivaban la ayuda y el cordial acuerdo que habían firmado. Los Numay utilizaban su don de empatia para ayudar a los débiles, para encontrar remedios a las enfermedades, para orientar a los que se desviaban, para obtener y dar alegría en la tristeza, para cerrar heridas en los espíritus y para mantener la unidad.
Juntos construyeron las ciudades más hermosas, tanto al OESTE como en el ESTE. Los wum desarrollaron los métodos, la tecnología y los planos. Los Numay para cumplir con su compromiso tenían que proveer la mano de obra y los recursos en materiales necesarios, esto último porque las tierras del ESTE eran ricas en abundancia en bosques (madera), en montañas (metales y rocas), recursos que escaseaban en el OESTE. El problema a resolver entonces era la mano de obra, cosa que no podían proveer ni unos ni otros, ya que los Numay se distinguían más por su espiritualidad, las artes y su paciencia que por su voluntad para la mano de obra y destreza y habilidad para la construcción, algo similar sucedía con los Wum, dedicados más a la investigación y la creación de cosas. Entonces como única solución, los Numay utilizaron su don de empatia direccional e influenciaron y convencieron a personas al azar de los otros pueblos del alrededor para que dejaran su lugar y vinieran a Nortfolk como mano de obra a cambio de recursos que necesitarán, como ser madera o metales. Así algunos de los Sima, los Mihys, los Zom, los Dum y los Xiom pasaron a vivir en las tierras de Nortfolk. Estos pueblos tanto deseaban los recursos en maderas y metales, que su gente acepto sin decir nada las reglas para establecerse, mantenerse, convivir, realizar su trabajo, recibir su retribución y volver a sus tierras una vez terminada la obra. Ellos no sabían y no se dieron cuenta nunca que fueron manipulados mentalmente para aceptar el trato. La regla que no podía infringirse de ninguna manera y que estaba penada con la muerte, era la de no mezclarse con personas de los Numay y los Wum. Como era de esperar los Wum aportaron además los grupos de control para mantener el orden y hacer cumplir las reglas que esas personas firmaban para trabajar en Nortfolk. La mezcla se hacia un poco difícil también dada la diferencia de estatura y de belleza que existía con la gente nativa de Nortfolk, que se percibía en el tipo de telas y adornos (siempre de oro o diamantes) que llevaban siempre en sus trajes y que los demás admiraban y algunos envidiaban, razón por la cual existían los grupos de control. Las obras se terminaron tal cual como fueron planeadas por los Wum y gracias a la influencia de los Numay sobre los foráneos. Las obras tanto en el ESTE como en el OESTE fueron terminadas con todo el esplendor, equipamiento y bellezas planeadas. Las reglas se cumplieron y las personas que vivieron y trabajaron años en Nortfolk volvieron a sus tierras. Muchos llevaron consigo no sólo su retribución, también conocimientos y habilidades, que nunca hubieran aprendido en sus tierras. Este fue el despertar del esplendor de los Wum y los Numay, usando sus dones únicos y también aceptando algunas ayudas de Ania y Sumar


Autor Roberto Hevens

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